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domingo, 22 de agosto de 2021

La Mira, un infierno de piedras.

 Hace semanas que tenía pactado con Paco EA4GSO subir a Gredos a por el SOTA de La Mira. Al fin llegó el día... estaba un poco impaciente porque charlando con Guille EA4FUA me comentó que había un par de lugares duros. Me estudié el track y no parecía para tanto.

Como desde Guadalajara quedan unos cuantos kilómetros a Arenas de San Pedro pensamos que lo mejor sería bajar al día siguiente.  Ya en el camino nos avisó Alfonso EA4GKT y David EA4SG que estuviésemos atentos a tema de los incendios. 

A setenta kilómetros antes de llegar nos encontramos con gran parte de la montaña desbastada por el fuego. Son imágenes que causan mucha impresión, da tristeza ver el destrozo que hace el fuego. Me pasaron por la cabeza imágenes del Parque Santa Teresa cuando se lo tragaron las llamas...

Los chicos nos siguieron informando de todo los que se enteraban. Es genial estar en un grupo de personas así. Una sale a la montaña mucho más segura y con ganas  :)

Ya en el estacionamiento de La Higuera del Barranco, repusimos fuerzas con unos ricos sandwichitos  y nos pusimos en marcha por el sendero del bosque. Comenzamos a caminar tarde. Estaba caluroso pero agradable. El aroma de la sabia caliente de pino y la brisa suave eran un cocktel perfecto para una excursión con una conversación animosa y de lo más variopinta jajaja


 Ganábamos altura, los árboles comenzaron a ser más pequeños y robustos. Al dar vuelta en una curva del camino, la vegetación desapareció casi por completo y dieron paso a una increíbles paredes de piedras con una verticalidad que daba vértigo. Es tal la impresión que causan Los Galayos que nos quedamos mudos. Comenzamos el reconocimiento del lugar ya con un Sol que se ponía muy perezoso.

Muy arriba y al medio de un mini circo divisamos el Refugio Victory. Por detrás y más alto aún marcaba presencia nuestro SOTA EA1/AV-003. No tenía pérdida allá íbamos.

Hasta ahora la subida era suave y constante. Muy llevadera. El ocaso se nos echó encima justo cuando llegamos a una bifurcación. Ya no veíamos donde iba el otro camino y como los cortados de piedras eran muy grandes decidimos subir pegados a las paredes galayas. 

Desde nuestra posición veíamos que había movimiento de gente arriba sin embargo no nos cruzamos con nadie. Era un como una peli de miedo... de pronto el camino cambió. La pendiente era muy pronunciada. Tuvimos que guardar los bastones y subir con las manos por las piedras. A nuestro lado, como gigantes mirones nos contemplaban unos picos que por momentos parecían gigantescos dientes de dinosaurio. Yo pensaba: "Con lo grandote que es mi compi, si pasa algo, entre los dos nos defenderemos bien... espero..."

Pronto apareció nuestra fiel amiga de la noche, brillante, iluminándolo todo y nos relajamos un poco. Con tres cuartas partes de la superficie en fase llena era suficiente para ir sin los frontales encendidos. Aunque varias veces los encendimos para no caer al vacío. 

Hicimos un alto en el camino que aprovechamos para situarnos. La estrella Polar hizo su trabajo. Ya estaba Cassiopea por encima de la montaña. ¿Perdidos? Pero cómo nos vamos a perder si allí sólo ibas para arriba. 

A las dos de la madrugada llegamos al refugio. Estaba completo, lleno de escaladores tan locos como los radioaficionados jajajaja

Por fuera del refugio eramos todos montañeros. Había tanta gente como en el centro comercial. Luego de nosotros siguieron llegando personas y se iban acomodando donde podían. Demasiado tumulto para mí. 

Habíamos alcanzado la primera meta. Teníamos que descansar para lograr la cumbre al día siguiente. 

El espectáculo celeste era increíblemente bello. Apareció visible para nuestra posición Perseo y de él a Andrómeda, llegábamos hasta Pegaso. Como estamos en época de la lluvia de las perséidas, continuamos charlando, contemplando el cielo con la esperanza de ver las lágrimas de San Lorenzo.  


Cuando Orión comenzó a asomar detrás de los picos rocosos también llegó el nuevo día. Con él más gente, las cabras y un cabrón. Por suerte ninguno atacaba, ni los humanos ni las cabras... 




 Las vistas desde allí son geniales. Lástima que el del refugio no se levanta temprano. Mientras juntamos nuestras cosas y rondábamos la cocina, por si alguien nos ponía un café, tuvimos tiempo de hablar con los demás. Nos indicaron por donde se continuaba el camino. No me lo podía creer... era por donde se forma el nevero y luego en el deshielo alimenta al río que nace un poco más abajo!


¡Listos para continuar!

 

 Ya comenzaba a levantar la temperatura, así que luego de la sesión de fotos nos pusimos a caminar. Esta última parte se me hizo durísima, sin café, respirando mal desde el día anterior y aún faltaba un buen trozo de camino.

GO GO GOOOO!!!

Subimos por el camino más difícil pero esto no era lo peor... sino que en camino nos ha pasado un veterano con unas zapatillas de correr y con unos bastones profesionales que nos metió miedo. Cuando quisimos ver había desaparecido detrás del siguiente montículo. ¡Cómo iba de rápido!¡Qué ritmo! Yo cuando sea grande quiero ser como él!

Hicimos cumbre entre un mar de gente. Preparamos la estación y en eso sube un grupo que se pone a charlar con nosotros jajaja Eramos los raritos del lugar. 

Lo peor llegó cuando Paco bajó a hacer algo con la antena de HF y me dejó sola con toda aquella gente que comenzó a llenar el pequeño espacio de la torre. Recogí las cosas lo más que pude y seguían llegando... Tal fue el agobio que me dio que estuve por salir disparada de allí. Por suerte, al GSO se le dio por volver y aprovechando la oportunidad, huí hacia espacios menos comprimidos.

Así fue que me enteré que había un lugar más fácil para bajar. También, que se podía subir desde otro lugar por un camino más largo y menos complicado. 

De regreso a la torre, juntamos las cosas y nos fuimos a comer al viejo refugio. Hay unos neveros con césped de altura, un lugar realmente hermoso... y lleno de cabras jajajaja 



 

 (Si será pillo mi compi que para que no se le vean las arrugas se puso las gafas en el último momento, para la foto jua jua jua)

Regresamos al Refugio Victory. Para entonces el Sol estaba muy alto. Recargamos agua y seguimos por las zetas hasta alcanzar el pinar. Ya era otra cosa. Luego de una parada técnica y trecientos kilómetros más, estaba en casa con mis perritos!

¡Perdí dos kilos y medio en esta aventura! Así que si tenés que bajar peso andáte a La Mira que volvés flaquito jajajaja

Nota: "Estuvo buenísima la aventura, ¿qué si repetiría? Por supuesto que sí!"   

 

 Estela Mary

Siempre

CX3ACS

 

 

 

 


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